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Los líderes mundiales de la ONU fijan nuevas metas para poner fin a la tuberculosis

Los líderes mundiales de la ONU fijan nuevas metas para poner fin a la tuberculosis

Durante la reciente Reunión de Alto Nivel de la Asamblea General de las Naciones Unidas sobre la Tuberculosis, líderes mundiales aprobaron una declaración política con nuevas y ambiciosas metas para los próximos cinco años con el fin de avanzar en los esfuerzos mundiales por acabar con la epidemia de dicha enfermedad.

Las metas son: poner a disposición del 90% de las personas servicios de prevención y atención de la tuberculosis, utilizando una prueba rápida recomendada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como primer método de diagnóstico de la enfermedad; proporcionar paquetes de prestaciones sociales a todas las personas con tuberculosis; autorizar al menos una nueva vacuna contra la tuberculosis; y cerrar las brechas de financiación para la aplicación y la investigación en el ámbito de la tuberculosis para 2027.

«Durante milenios, nuestros antepasados han sufrido y muerto de tuberculosis sin saber qué era, qué la causaba ni cómo detenerla», declaró el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus. «Hoy disponemos de conocimientos y herramientas con los que ellos solo podían soñar. La declaración política que los países han aprobado hoy y las metas que han fijado son un compromiso para utilizar esas herramientas y desarrollar otras nuevas, con el fin de escribir el capítulo final de la historia de la tuberculosis», añadió.

Al hacer un balance de los progresos realizados en la consecución de las metas fijadas en 2018 para un periodo de cinco años, la OMS informó de que, si bien los esfuerzos mundiales para combatir la tuberculosis han salvado más de 75 millones de vidas desde el año 2000, no fueron suficientes para alcanzar las metas, debido principalmente a las graves interrupciones de los servicios de tuberculosis causadas por la pandemia de COVID-19 y los conflictos en curso. Solo 34 millones de personas de los 40 millones de personas con TB a las que se pretendía proporcionar tratamiento recibieron dicho tratamiento entre 2018 y 2022. En cuanto a la profilaxis contra la tuberculosis, la situación era aún más desalentadora, ya que solo 15,5 millones de personas de los 30 millones de personas que debían recibir profilaxis accedieron a ella.

La financiación de los servicios para la tuberculosis en los países de ingreso bajo y mediano disminuyó de  6.4 millones de dólares en 2018 a 5.8 millones de dólares en 2022, lo que representa un déficit de financiación del 50% en la ejecución de los programas necesarios para combatir la tuberculosis. La financiación anual para la investigación en el ámbito de la tuberculosis varió entre 900 millones de dólares y 1000 millones de dólares entre 2018 y 2022, lo que supone tan solo la mitad del objetivo fijado en 2018.

Esto ha supuesto una carga aún más pesada para las personas afectadas, especialmente las más vulnerables. Hoy en día, la tuberculosis sigue siendo una de las principales causas infecciosas de mortalidad en el mundo: cada año enferman más de 10 millones de personas y más de un millón pierden la vida a causa de esta enfermedad prevenible y curable. La tuberculosis farmacorresistente sigue siendo una de las enfermedades que más contribuyen a la resistencia a los antimicrobianos, ya que cerca de medio millón de personas desarrollan tuberculosis farmacorresistente cada año.

«El hecho de que los líderes mundiales se reúnan por segunda vez para abordar la respuesta a la tuberculosis brinda la oportunidad de acelerar la acción y fortalecer los sistemas de salud para que sean capaces no solo de hacer frente a la epidemia de tuberculosis, sino también de proteger la salud y el bienestar más amplios de las comunidades, así como de reforzar la preparación ante pandemias y aprovechar las enseñanzas extraídas durante la pandemia de COVID-19», dijo la doctora Tereza Kasaeva, directora del Programa Mundial sobre Tuberculosis de la OMS. «Evitar las dificultades financieras relacionadas con la tuberculosis y prevenir el desarrollo de la enfermedad en los grupos vulnerables ayudará a disminuir las desigualdades dentro de los países y entre ellos, lo que contribuirá a la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible», apuntó.

La incidencia de la tuberculosis y las muertes por la enfermedad han aumentado entre 2020 y 2021, pero los esfuerzos coordinados de los países, la OMS y los asociados están posibilitando una recuperación de los servicios esenciales.

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